Un paseo diferente
Al día siguiente, el viejo señor anduvo de nuevo por la calles de la ciudad. Mientras caminaba por un parque, vio a unos chicos jóvenes que realizaban actividades deportivas y a un niño muy efusivo que besaba a su abuelo. El viejo señor se acercó a un banco y allí mantuvo una agradable conversación con una muchacha que tuvo amabilidad de cederle el asiento. EL viejo señor volvió a casa con espíritu positivo.
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